Horas y horas...

Últimamente tengo la fortuna de que mís días duren aproximadamente 29 horas. Tiempo suficiente para revisar bastantes veces mis redes sociales interactivas y para darme cuenta de que definitivamente algo apesta en mi vida. Oh, sí. Estoy orgulloso de decir que la teoría del crecimiento humano: el convertirse entre más viejo más común, se está cumpliendo. Me declaro ordinario (y también ordinario cuando se refiere a cualquier gandúl que no se detiene para escupir gañotadas soeces, sexuales, sucias y burdas) y corriente (leer paréntesis anterior).
Actualmente la cabeza anda muy floja. Aparentemente el descanso dominical ha sido muy placentero. Sin embargo, no me basta con 29 horas al día para descansar de no sé qué. No cabe duda de que me he desgastado en no sé qué que qué sé yo.

"Vas a llegar lejos" por ahí me dijeron. Definitivamente estoy de acuerdo, estoy bastante lejos de mi casa que pronto no será mía gracias a las pendejadas de un pariente que le gusta apostar en las pedas y regala terrenos ajenos. Extraño a veces el hogar y la vida fácil (no es que esté tan difícil mi vida ahora, pero sin duda, era más fácil mi vida anterior). Hace mucho tiempo que duraba menos de 24 horas el día y quería que durara más.
Hoy me ando visualizando cual vago tirado en el parque con la jeta madreada y mi zapato restante desabrochado. Sin duda alguien me está oliendo la mano y tal vez lamiéndome la cara. Esa persona es mi inspiración y a la vez mi contradicción. No me atrevo a espantarle la inspiración por inspirarme. Qué maraña!! Pasa el tiempo igual.

Llevo varias semanas ciclado en el problema de hacer las cosas por hacer. Hoy veo a conocidos andando con sus parejas por andar, por no estar solos, por confianza asegurada (o por un historial clínico libre de enfermedades venéreas) que me hacen pensar que la gente está así porque quiere y ya. No salen del guacal porque no es seguro, se casan por cumplir caprichos o roles sociales para tronar al poco tiempo (estadística auspiciada por Seguros y Abogados Marca ACME). Y no me libro de dicho mal. Heme aquí escribiendo por escribir.
Siento desperdiciar un poco palabras que levanten el ánimo para el proyecto que me hará diferente de la chusma que hace las cosas por hacer. Las quiero hacer por pasión, las quiero hacer por ser alguien más que los demás. Pero es tan pinche tener que aguantarse a ver cuándo se digna aquél pirujo a hacer las cosas bien sin capricho.... y es tan indeciso...

Tal vez si el día durara 24 horas, se iría más rápido el tiempo y se decidirían por mí. Quiero que pase rápido el tiempo y me sepa bien. Pero llegaría más rapido a los 28 años y ya sería un quejumbroso 28añero sin mucho qué aportar.
Cuánto tiempo queda?? Hoy me recuerdo en las palabras de Trent Reznor, últimamente "everyday is exactly the same".

Sigo informando.