Apostándole

Se vinieron los juegos de invierno, el super bowl, la bola de torneos de fut, el aniversario de laplaza y de paso, las apuestas. Me han mantenido al tanto y ocupado ver más nichos de oportunidadespara criticar y divertir. Por eso me he tardado en contarte mis minucias de esta semana. Para los musulmanes resulta que les tienen prohibido apostar, meterle el billullo a la suerte yemocionarse como changos en el Caliente de Las Ánimas lo tienen considerado pecado (no es pezmuerto, es pecado). Pos me considero por elección budista-católico-apostólico-romántico, pero melimito a adoptar algunas ideas de alguno que otro grupo que tenga ideas que me encajen (no todo meencaja, cochinos!!!). Bien a bien, ahí la llevo con las ideologías. Agarro de esto, de lo otro, ycuando me conviene, hasta musulman resulto, pero no pa' todo. Porque me puedo considerar un pocoadicto a las apuestas cuando se trata de arriesgarle al estilo Bolsa de Valores. En realidad, losvalores en la bolsa los traigo y siempre se me van al cielo o de plano pa'l sueluco. Pero lostraigo ahí y los apuesto cuando pueda. Generalmente gano... pero en el tema del amor, siempre legano y el menso del amor pierde. Es bastante divertido. Hace poco me propuse volver a apostar yparece que me está ganando. No sé bien cómo está la cosa, creo que no le sé a la quiniela o no leílas reglas... Ah, canijo!! Es como amar a Dios en tierra de indios. Lo más interesante es a lahora de ver el final del partido y notar cómo quedó el resultado. Los apostadores ganan o pierdenhasta la camiseta. Creo que ahora se me olvido la camiseta, a ver qué pierdo. Viene la fecha dondelas apuestas suben y se ponen bastante turbias. Los apostadores se esmeran con churriguerescos,cursis y costosos regalos, propuestas y apuestas donde salir perdiendo puede costarte muy caro, ohasta barato. La cuestión es ver qué tanto está uno dispuesto a perder. Y claro, qué perder. Desdemi cerro salingeresco me he puesto a observar cómo el casino de los tórtolos se empieza a llenar,los juegos se abren y los latidos comienzan a pegar como marcha de 5 de mayo con tu compa Mario enel frente muriéndose de hueva y tragando moscas pero quedando bien. Así la veo y hasta le estoysacando ventaja también. El San Violentín se viene y lo estoy promocionando a modo de prueba parami business, (oshkae??) y chicle y pega y sale buen negocito para seguirle metiendo. Lointeresante es que promuevo el antagonismo hacia la fecha, pero también estoy pensando en metermea apostar a ver si le gano. Por ahí me dijeron que voy a perder. Vamos a ver si es cierto... Looptimista o pesimista de este caso es que ya no se si quiero perder o ganar. Quiero jugar y laplaza ya la partieron, ya mero dan la campanada y arriba de sol y sombra están esperando larespuesta que salga del toril. Pus... ni pedo... ahora vamos!! Pero ahora me voy con elconocimiento de que la mentira, el juego, la decepción y la porquería del rumoreo está a algunosmetros abajo o flotando entre apuestas junto con los proyectos de primermundismo de este país y medoy el beneficio de la duda de haber soportado más tiempo y haber sido el perdedor de la apuesta yel perdedor del juego. Pero te apuesto que no has entendido a qué le apuesto ahora. Mientrastanto, te doy la tranquilidad, mi querido lector, que ando feliz como lombriz y que los recuerdosde meses para acá son solamente un tema más de conversación y de vergüenza para un ego que secompara con la bajeza de cuanto ridículo personaje de comic se me haya aparecido diciendo purababosada respaldada de más babosadas. Ya me libré de ese "demoño rojo"... Nomás me quedó eltrinche, la cola y los cuernos guardados en la bodega... Y ahí sigo contado...